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Devocional | Evangelio del Reino

En estos días es muy popular hablar acerca del “Evangelio del Reino”.

¿Pero qué es el Evangelio del Reino?

La palabra Evangelio en hebreo es; “BAS-SAR”, que significa el “anuncio de buenas nuevas”, "proclamación de buenas nuevas", que podían ser la “buena noticia” de una gran victoria en el campo de batalla, la buena noticia de la coronación de un nuevo rey, la buena noticia del nacimiento del hijo del Rey, el heredero y perpetuador del reino, la buena noticia de salvación. La septuaginta tradujo esta palabra hebrea "Bas-sar" por "Euangelion". Esta palabra griega "Euangelion", está compuesta de “Eu” que significa “Bueno” y “Angelion” que significa “Mensaje”, su traducción literal es “buen mensaje” o "buenas nuevas". UN ANUNCIO EXCELENTE es decir “una buena noticia” que trae gozo, UNA EXCELENTE Y EXTRAORDINARIA NOTICIA, fuera de lo común que afecta la vida de los oyentes, y que cambia el estado del que la escucha para siempre. Dios ya había prometido esta buena notícia "el evangelio", antes por sus profetas (Lucas 1:70, 24:27, Romanos 1:1-2, es por eso que vemos el evangelio en el A.T. Gálatas 3:8, Hebreos 4:2). Los profetas del Antiguo Testamento habían hablado del Reino de Dios por inspiración del Espíritu Santo (2 Pedro 1:21).

Muchos de ellos habían descrito la paz universal y la gran prosperidad que habrá en este Reino. En el A. T. el anuncio de "buenas nuevas de salvación" significa que si el enemigo no es vencido entonces el enemigo los vencerá a ellos y morirán y se perderán, es por eso que la victoria sobre el enemigo es salvación y ese el significado de la palabra “bas-sar” el anuncio de buenas nuevas de salvación. Salvación en su significado más básico es rescatar y preservar de un peligro inminente, implica dar salud y seguridad. Veamos algunos ejemplos en el A.T. (Victoria en batalla; 2ª de Samuel 4:10, 18:25-27, Coronación; 1 de Reyes 1:42-43, anuncionando salvación; Isaías 40:9-10, 41:27, 51:16, 52:7, 61:1 esta profecía la citó el mismo Señor Jesucristo). El Evangelio es la buena noticia más extraordinaria, él es la buena noticia más transformadora que alguna vez alguien haya escuchado jamás. Que Dios mismo en la persona de Jesús se introdujo en la historia de la humanidad para enderezar lo que se había torcido por culpa del hombre, esta es la buena noticia, que Dios mismo se introdujo en la historia para enderezar lo que le hombre torció, es por eso que para entender el evangelio, que para entender esta maravillosa y extraordinaria buena noticia, tiene que ser en el contexto de la peor noticia que alguien jamás haya escuchado, “que el hombre había sido creado para vivir en un mundo perfecto y vivir en una perfecta comunión con Dios”. Dios creó todas cosas perfecta y declaró que todo lo que había creado era bueno en gran manera. "Y vio Dios que era bueno" (Génesis 1;31). Pero el hombre decidió revelarse contra Dios, decidió revelarse contra Su Creador, para hacerse autónomo, para ser su propio rey, tomó su propio camino separándose de Dios y rompiendo la perfecta comunión con Su Creador. Esta es la esencia del pecado, el pecado va más allá de una mentira, va más allá de robar, va más allá de matar, el problema del ser humano radica en que el hombre tomó la decisión de adorarse a sí mismo y al tomar esta decisión el hombre, quedó separado de Dios y quedó atrapado en su propio egocentrismo afectando su propia vida, afectando todas sus relaciones, viviendo centrado en el mismo. Pero Dios, pero Dios Aleluya!! Tomó la iniciativa de introducirse en la historia no solo para enderezar lo que el hombre torció, no solo para reparar lo dañado, sino para hacerla todas las cosas muchísimas más mejores, y esta es la historia de la redención que se revela en toda la Biblia, desde que Adán y Eva pecaron en el huerto de Edén Dios les prometió enviarle un salvador, un hombre que iba a restaurar lo que el hombre había dañado (La historia del Antiguo Testamento narra la espera de la llegada de la simiente de la mujer que aplastaría la cabeza de la serpiente Génesis.3:15).

y a partir de ese momento los profetas del Antiguo Testamento comenzaron a anunciar la llegada de un Mesías, de un Salvador, un Rey glorioso, un Rey Majestuoso, un Rey guerrero fuerte e invencible que iba a establecer un reino de paz en la tierra. Contrario a las expectativas de los patriotas judíos, Cristo vino a la Tierra para predicar “el evangelio [buenas nuevas] del reino de Dios” (Marcos 1:14). En lugar de iniciar un movimiento político y restaurar la grandeza de Israel, el Mesías se dedicó a pregonar su importante mensaje: “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Cuando Jesús dijo que el Reino de Dios estaba cerca (Marcos 1:15) se refería a algo verdaderamente revolucionario. Él quería decir que con su venida a la tierra, el gobierno y reinado de Dios venían de una forma que nunca antes había sucedido en toda la historia de la humanidad. Él quería decir que las promesas de Dios de establecer su Reino estaban comenzando a ser cumplidas y que Dios un día daría paso a una nueva creación, que ahora había sido inaugurada a través de la resurrección de Jesús (2 Corintios 5:17). Esta nueva creación sería un lugar de perfecta justicia y paz, un lugar en el cual todo lo malo sería cambiado por lo bueno (Apocalipsis 21:1-5). Aun cuando este evangelio del Reino tiene llamativas implicaciones globales, es fundamentalmente un mensaje acerca de lo que Jesús ha hecho para salvar a los pecadores. Jesús dijo que hasta que un hombre no naciera de nuevo –un nuevo nacimiento solo puede venir a través de escuchar el evangelio (1 P. 1:23)– no podría entrar en el Reino de Dios (Jn. 3:5). Pablo es claro en decir que la única manera en que alguien puede participar de este Reino es por medio de creer en Jesucristo y vivir una vida que demuestre la realidad de la fe (1 Co. 6:9-11, 15:50). El evangelio del Reino es al final un mensaje acerca de un rey que murió por sus enemigos con tal de que todos aquellos que creen en él hereden el Reino que él compró para ellos. El mensaje de Jesús también es llamado: “el evangelio de Jesucristo” (Marcos 1:1); "el Evangelio del Reino de Dios" (Marcos 1:14); "el Evangelio de Jesús" (Hechos 8:35, 11:20, 17:18), “el evangelio de la gracia de Dios” (Hechos 20:24), "el Evangelio de la promesa" (Hechos13:32); “el evangelio de Dios” (Romanos 1:1, 15:16, 2 Corintios 11:7, 1 Tesalonicenses. 2:2,8,9), "el Evangelio del hijo de Dios" (Romanos 1:9); "el Evangelio de la Justicia de Dios" (Romanos 1:17); "el Evangelio de Cristo" (Romanos 15:19,29, 1 Corintios 9:12,18, 2 Corintios 2:12, 9:13, 10:4, Gálatas 1:7, Filipenses 1:27); “el evangelio de la gloria de Cristo” (2 Corintios 4:4), “el evangelio de vuestra salvación” (Efesios 1:13) “el evangelio de la paz” (Hechos 10:36, Efesios 6:15). Si bien hay sólo un evangelio verdadero, cada una de estas descripciones se enfoca en un aspecto diferente del mismo mensaje. Pablo lo llamo "mi Evangelio" (Romanos 2:6, 16:25, 2 Timoteo 2:8); y no fue porque el Evangelio fuera suyo ni fuera acerca de el, sino porque era el Evangelio que predicaba (1 Corintios 15:1, Gálatas 2:2) con fidelidad y para lo cual el había sido apartado. El propio apóstol Pablo admitió que sólo había un solo evangelio en la Biblia. Sus palabras son las siguientes: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo, para seguir un evangelio diferente. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado sea anatema.” (Gálatas 1:6-9). (Enmanuel Cruz)

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