Devocional | Esperando al Dios de mi Salvación.
Miqueas 7:7 Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.
El profeta Miqueas se quejaba de vivir en un pueblo que maduraba velozmente hacia su propia ruina, en la cual muchas personas buenas sufrían.
La caótica corrupción generalizada, efecto de la desbocada ambición del ser humano (Miqueas 7:2-4), producen nefastos resultados en la sociedad, que "han dejado rotos todos los vinculos; parentesco, amistad, gratitud". Los hombres no tenían consuelo, ni satisfacción en sus propias familias, ni en sus parientes más cercanos. (Miqueas 7:5-6, Mateo 10:35-36, Lucas 12:53).
No hay devoción a Dios, tanto los príncipes, como jueces, y todo tipo de dirigentes, piden y reciben sobornos, hacen extorsión y manifiestan la concupiscencias (ambiciones) de su alma, que es prosperar a costa de los demás. El profeta para poner de relieve la maldad dice; el mejor de ellos hiere como un espino, y el más recto es tan torcido como un zarzal (seto) de espinas.
El desprecio de los valores son un síntoma triste de corrupción universal. Los que no cumplen sus deberes para con sus padres, con sus esposas, con sus hijos, con su prójimo, problamente nunca llegarán a nada bueno. "El día de su castigo viene, el que anunciaron los profetas y será su confusión".
Miqueas no se desesperó por aquella situación. El aprendió que "uno sólo con Dios, ya es mayoría". Y tanto Miqueas como nosotros hemos hallado uno en quien confiar. "yo pondré mis ojos en el SEÑOR, esperaré en el Dios de mi salvación; mi Dios me oirá". Está declaración es una maravilla de fe y esperanza.
Y tú en quien pondrá tus ojos? en quien pondrás tú esperanza?
Cuando estemos sometidos a pruebas debemos mirar continuamente a nuestro redentor divino para tener fuerza y gracias para confiar en Él y ser ejemplo para los que nos rodean (lea Hebreos 12:1-13).
¡Qué gran consuelo es para nosotros tener un Dios y Padre en quien se puede confiar totalmente!
